Por la falsa acusación de secuestro a 6 oficiales de la AFI, Jacinta, Alberta y Teresa fueron sentenciadas a penas superiores a 30 años de cárcel. Ante la denuncia pública, Jacinta ya fue liberada (por falta de pruebas aunque no declarada inocente). En los casos de Alberta y Teresa, el ministerio público, juez y parte (involucrado en los hechos y agente investigador), presentó conclusiones acusatorias y "pide que se les imponga la pena máxima: 50 años de prisión."
¿Su delito?
Ser mujeres, pobres e indígenas!
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