domingo, 26 de junio de 2011

La VoZ dEL AgUa, el pacto con la tierra... (2da parte)

Desde la ciudad de Orizaba, el camino que lleva a casa de Cira es un recorrido a través de un tiempo que se respira detenido; son las montañas, las colinas, el bosque, los ríos que desde hace siglos cobijan y protegen a comunidades indígenas que, a cambio, respetan, cuidan y trabajan la tierra. Dice una leyenda que hace más de 5 mil años, los pueblos indígenas hicieron un pacto con Tlalocan Nana y Tlalocan Tata: para trabajar la tierra, nosotros primero debemos pedirle permiso; luego nos toca dar las gracias por los alimentos que recogemos y que tenemos que compartir con la tierra y luego, al irnos de esta vida, dejaríamos la tierra tal y como la encontramos; por eso reforestamos.


Las opiniones sobre la construcción de una hidroeléctrica en el corazón de la sierra de Zongolica son encontradas “Yo quisiera de todo corazón que la gente indígena de Zongolica, el pueblo indígena náhuatl de Zongolica, el día de mañana entregue una herencia así como ellos la recibieron de sus padres y sus abuelos. Los adultos mayores que recibieron una tierra fructífera, una tierra sin contaminación, con mucha agua, con mucho bosque, con animales y que lo sigue siendo pero que a corto plazo todo esto va a acabar. Yo quisiera que esa gente se pusiera a pensar un poquito ¿por qué? porque no noto, no veo que la gente se incomode en su totalidad o esté en desacuerdo por la construcción”. 



Muchos creen la promesa que les hizo el gobernador del estado cuando aseguró que había llegado el momento de que a Zongolica llegaran el desarrollo y el progreso; es la misma promesa de la empresa Electricidad del Golfo, S.A. “Dicen: que se va a producir energía eléctrica limpia y ahí surge la duda porque energía limpia no significa que el ambiente, el aire va a ser limpio. Si no significa que van a producir energía limpia porque estos son ríos limpios y  esa energía se la van a llevar fuera. A grandes empresarios (se sabe que será transportada por CFE a empresas en el estado de Jalisco). ¿Cuál es el beneficio para la comunidad de Zongolica? Pues ninguno. Han surgido mentiras de que la energía se va a quedar en Zongolica, que nosotros ya no vamos a pagar un recibo del 100% sino que lo van a condonar por el resto de nuestra vida. NO ES CIERTO, nadie va a venir a  hacer un proyecto para beneficiar a este pueblo” dice Cira con sudor en la frente, las manos entrelazadas y nerviosas pero con la voz firme mientras Daniel, su esposo, la mira desde la esquina de la habitación, junto a la cocina, donde empieza a humear ya el atole para la cena. 


“Hay poca gente que está en contra y mucha gente que está a favor. Vinieron a engañarlos, les dijeron que con este proyecto, iba a llegar el desarrollo para nuestro pueblo. Contrataron gente de Zongolica para ser albañiles. La gente preparada la ocupan de arrieros para que jalen la tierra, las piedras y hagan la talacha. Muchas madres hablaron con el señor Mauricio (representante de la empresa) y le dijeron “¿Sabe qué? Mi hijo está trabajando ahí, se la pasa todo el día metido en el río sacando piedra, regresa mojado y sólo descansan un día” y sólo les contestó: “Ni modo, se tienen que aguantar porque así es el trabajo de la construcción y si no les gusta, ahí afuera hay muchos que están esperando para trabajar”. 


Sí, así es esto del desarrollo y el progreso: devastación, 
rompimiento del tejido social, miseria. 

 “También hay gente inconforme, pero así, gente con valor, gente inconforme que diga “aquí estoy, ¿cuándo hacemos un paro a la hidroeléctrica?”… no, no se arriesgan. La gente tiene miedo por represalias, porque tiene hijos, ancianos y que porque se manejan muchos recursos.” 

Quienes como Cira y Daniel, se oponen a la construcción de la hidroeléctrica, han buscado apoyo para sensibilizar a sus vecinos de los daños que ocasionan este tipo de megaproyectos, “Nos apoya la Pastoral Indígena, que son gente de la sierra que se ha encargado de misionar, de evangelizar; hemos hecho amistad con otras agrupaciones como Centro Pro Derechos Humanos Toaltepeyolo, con gente de la Universidad Veracruzana y se ha intentado hacer algunas reuniones en lugares estratégicos;  reuniones desde hace más de un año sensibilizando con la intensión de hacerles ver (a las comunidades) el valor que tienen las tierras indígenas, la defensa del agua, de los bienes naturales. Las reuniones llegaron a oídos de la gente de la represa. En Puente Porres, citamos a gente para sensibilizarlas sobre las afectaciones y entonces del monte brotó la gente de la represa a callarlos. No se los permitieron, se portaron muy agresivos, muy molestos, se les fueron encima a mis compañeros. Su intensión fue callarlos, aplacarlos”. 


Cuando le preguntamos a Cira la postura de las autoridades municipales y del gobierno estatal, respiró, tomó aire y respondió serena: “Nosotros somos pocos los inconformes, no queremos que vengan, ¿por qué el gobierno permite que a los pueblos indígenas venga gente extraña, gente que no es de nuestra sangre? Al foro están invitados los presidentes de los tres municipios afectados: Misantla, Zongolica y Texhuacan, ojalá vengan y escuchen la voz de la gente que conoce las afectaciones de una represa para sensibilizarlos en cuanto a los derechos de los pueblos indígenas”.

A pesar de la hora, del largo día de labores y de que había que madrugar para el foro, Cira considera que hay temas en los que hay que abundar… “De por sí tenemos problemas con el agua; estos días sólo tenemos agua una hora y media en las mañanas pero cuando vengan las lluvias, si hay inundaciones, se tendrá que reubicar a muchísima gente.  Si se llega a romper el muro de la represa ¿qué va a pasar con la gente de abajo, con la gente pobre que no tiene construcción de concreto, sino casas de maderita y palitos, con hilos?” 


¿Y los políticos? Cira vuelve a respirar…

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