viernes, 10 de octubre de 2008

ArNaLDo CóRdoVa en la Universidad Veracruzana

Es un hombre sencillo; llegó a dar una conferencia magistral vestido con jeans y camisa de manga corta a cuadros. Delgado, con manos largas y de ágiles movimientos, se sentó en la mesa. Es un hombre con prisa; quiso dar inicio a su potencia antes del protocolo de la lectura de su largo currículum. Estaba ahí, en el auditorio de la facultad de ciencias de la comunicación de la Universidad Veracruzana en Boca del Río para hablar sobre la “Transición democrática en México”.

“-Pues yo lo siento mucho, pero yo no veo ninguna transición; sabemos que gobernaba el PRI y que en el 2000 empezó a gobernar el PAN; que el primero era considerado de centro y el segundo de derecha pero yo no sé qué clase de derecha es este PAN. En sus inicios, estaba formada por un grupo de personas ilustradas, con ideología, muy preparadas pero desde la muerte de Carlos Castillo Peraza –que era buen amigo mío- eso se acabó”.




Arnaldo Córdova es un abogado con Diploma de Perfeccionamiento en Filosofía del Derecho –equivalente a Doctorado- en la Facultad de Derecho de la Universidad de Roma y Doctor en Ciencias Políticas por la UNAM. Es una referencia obligada para todo aquel que quiera adentrarse en la historia mexicana del siglo XX. Actualmente está elaborando un complejo estudio teórico-histórico (historia y teoría) del Estado mexicano desde sus orígenes; su proyecto comprende “un análisis de las fuerzas sociales y políticas en que se funda el poder político, la estructura constitucional del Estado y sus instituciones, el gobierno de la sociedad, los grupos de poder, las relaciones internacionales y los procesos de reforma política”. Es decir, no es un improvisado.

La conferencia giró en torno a los grupos de poder en México que, precisamente, han evitado que haya una verdadera transición: los empresarios (los más poderosos, no los dueños de los changarros) representados por el Consejo de Hombres de Negocios o el Consejo Coordinador Empresarial; sobre los sindicatos que, aún cuando nacieron para representar a la clase trabajadora, hoy se han convertido en empresas lideradas por personajes multimillonarios como Elba Esther Gordillo (SNTE) o Romero Deschamps (Pemex); los sacerdotes que se convierten en portavoces del gobierno en turno. También habló sobre el sometimiento de los medios de comunicación (Televisa y Tv Azteca) al poder condicionado del Estado (esto, a nuestro parecer, es debatible).

Dice que los medios no tienen más poder que el que les da el Estado. Como ejemplo, nos comentó que, inicialmente, se había acordado que se transmitirían por televisión abierta los debates en el Senado sobre la Reforma Petrolera: “¿Saben por qué no los transmitieron? Porque les partimos el hocico, ni abrieron los brazos; los agarramos de costal; creyeron que no teníamos constitucionalistas y se llevaron una sorpresota cuando vieron que yo estaba designado para el foro sobre los fundamentos constitucionales de la industria del petróleo. Pensaban que yo había estudiado historia o ciencia política; no sabían que yo había estudiado Derecho y, los que menos lo sabían, eran los panistas que, desde entonces, me agarraron pánico. Cuando se discutieron las cuestiones técnicas, ellos creyeron que sus burócratas los iban a sacar del apuro e iban a justificar sus reformas. El FAP se encontró a un grupo de ingenieros petroleros de magnífica formación y de magnifica trayectoria del Instituto Mexicano del Petróleo que han venido siendo despedidos o jubilados a huevo; y esos ingenieros petroleros pusieron en ridículo a los burócratas de Calderón cada vez que intentaban defender sus iniciativas. Por eso, los medios de comunicación decidieron no transmitir los debates, pero no fue decisión suya sino por órdenes del gobierno.”


Le caen muy mal los nuevos panistas, entre otras cosas, porque muestran su ignorancia y su ineficacia como trofeos en aparador. Aunque no extraña para nada a los priistas, al menos estos sí tenían más sentido del poder, “de hecho, ellos inventaron este sistema de gobierno mexicano”; los panistas no saben qué hacer con él “la inseguridad y la falta de eficacia para enfrentar los problemas económicos, es sólo una de las consecuencias”.


Nosotras, N&R, aún no comprendemos el afán protagonista de algunos expanistas que ahora son del equipo de Dante Delgado. En la presentación del libro “Doña Perpetua”, dio la nota Adrián Ávila, ahora, en la Conferencia de Arnaldo Córdova, fue Vaca Betancourt. En la sesión de preguntas y respuestas, el ahora diputado convergente dio todo un discurso sobre su carrera política en el PAN y sobre Manuel Gómez Morín (uno de sus fundadores): “fue el primer mexicano que defendió la autonomía de la UNAM en la cámara de diputados sin ser diputado”.

A Arnaldo Córdova, además de los panistas, le caen mal los contextos históricos que anteceden a una pregunta que jamás se formula… después de mandar “callar” a Vaca y de que éste hiciera caso omiso, el doctor Córdova sacó un cigarro y lo encendió. Por su actitud, pensamos que si ya conocía al diputado, le caía mal… si no lo conocía pues le cayó muy mal!

Alguien más le preguntó que qué se puede hacer para que México no caiga en el abismo, Arnaldo Córdova respondió:

“¿Qué se va a hacer? Pues yo no sé qué vaya a hacer el gobierno; no tengo ni la más puta idea de lo que les pase por la cabeza. Yo sé lo que estoy haciendo; yo sé que yo puedo hacer algo. El único medio que me queda es el movimiento cívico organizado; llevando al pueblo información; llevando al pueblo mensajes justos de cómo tratar los problemas de México; llevando al pueblo las ideas que nosotros proponemos para resolver los problemas de hoy; incluso para resolver el enojo hacia este gobierno panista que él mismo no sabe responder”


Sara, la Negra, levanta la mano para hacer una última pregunta o consulta:
N: “Bueno, también podemos hacer lo que el niño Gomez, no?
A: “Quién es el niño Gomez?
N: El joven de 17 años que le gritó espurio a Calderón!
A: Ah, sí, claro… esa es una clara manifestación de lo que podemos hacer.







El niño Gómez, es decir, Andrés Gómez Emilson, es hijo de un sociólogo catedrático de la facultad de ciencias políticas de la UNAM y de una antropóloga.

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